Aportar un valor diferenciador al cliente es muy importante, ya que actualmente hay mucha competencia y las ventas e ingresos siguen siendo importantes para la compañía. Una de las experiencias que pueden marcar la diferencia es el marketing relacional, porque te puede ayudar a mejorar la relación con tus clientes potenciales.
Así pues, el marketing relacional es una táctica que ayuda a mejorar y consolidar la relación con los clientes potenciales y así poder fidelizarlos, también ayuda a mejorar la relación con los clientes actuales y poder establecer un compromiso a largo plazo.
Objetivos del marketing relacional
El objetivo principal es mejorar la satisfacción del cliente, mejorando su atención y conociéndolo para poder ofrecerle aquello que desea, es decir, crear una relación de confianza consolidada.
Con el marketing relacional se quiere conseguir una relación de largo plazo, por eso es muy importante tener en cuenta siempre la opinión del cliente para establecer una estrategia de marketing que vaya acorde a lo que él necesita y a los objetivos que quiere alcanzar.
Podemos establecer que los objetivos del marketing relacional son:
– Poder conseguir nuevos clientes y convertir el máximo de leads posible.
– Entender y gestionar las necesidades de los clientes actuales con el fin de ofrecerles las mejores soluciones para su negocio.
– Hacer un seguimiento de las métricas de la empresa y así ver su evolución.
Beneficios del marketing relacional
El marketing relacional siempre aporta beneficios y ventajas a la empresa, porque este tipo de estrategia se centra únicamente en el cliente, así que todos los esfuerzos se unen para impulsar el crecimiento del negocio.
Los principales beneficios del marketing relacional son:
1
Convertir leads en clientes
El marketing relacional empieza cuando el cliente tiene el primer contacto con tu empresa, a partir de ahí se debe interaccionar con él para poder establecer un contacto directo. Esta relación tiene que ser cuidada para que finalmente se pueda transformar en un cliente. Tenemos que generar confianza desde el primer momento y ofrecerles una atención cien por cien personalizada.
2
Convertir al cliente en embajador de marca
Un cliente satisfecho es la mejor manera de darnos a conocer, ya que hablaran de manera positiva de nuestra empresa y así conseguiremos una expansión de marca. Al crear una relación de confianza, el cliente nos recomendará a su entorno y así conseguiremos una acción”win-win”.
3
Aumentar las ventas
Cuando se establece una relación de confianza, el cliente quiere que formemos parte de su día a día y cuenta con nosotros para cualquier acción, de este modo podrá aumentar sus compras y pedidos. Por este motivo es importante conocer las necesidades del cliente y poder ofrecerle aquello que necesita en cada momento.
4
Retener a los clientes actuales
Al conocer a la perfección al cliente y estar presente para todo aquello que necesite, mejorará la confianza con ellos. Una vez así, se podrán generar vínculos de larga duración y hacer que quieran contar con nosotros para cualquier proyecto, de este modo conseguiremos una satisfacción por ambas partes.
Etapas del marketing relacional
Es importante conocer en qué parte del proceso te encuentras con cada cliente, así que conocer las etapas de la estrategia del marketing relacional te ayudará a poder ofrecer las mejores opciones a tu cliente.
Te explicamos las etapas del marketing relacional:
– Primera etapa: Segmentar la base de datos
La primera fase es tener una base de datos de calidad para poder extraer la mayor información posible sobre los clientes potenciales y/o actuales, y de esta manera segmentar los datos de manera personalizada y desarrollar las acciones necesarias para crear un mayor impacto.
Cuando los leads estén segmentados se podrá adaptar los mensajes para cada y así ofrecer una comunicación especial a cada uno de ellos. Por este motivo es importante tener claramente identificado nuestro público objetivo, ya que podremos conectar de manera más rápida con nuestro target.
Es importante saber cómo son nuestros clientes, qué producto compran, qué tipo de comunicación prefieren, qué aspectos destacan de nuestra empresa, entre otros, para poder establecer una estrategia de fidelización para cada grupo de clientes.
– Segunda etapa: Personalización de los mensajes
Dependiendo de los intereses de cada segmento de clientes, tenemos que adaptar la manera de comunicarnos con ellos, igual que se deberá adaptar la tipología de contenido que se quiere compartir, las promociones, el tono y el diseño.
Todas estas acciones harán que la interacción y el engagement aumenten, así se mejorará la experiencia del cliente.
Hay que tener en cuenta que en cada red social se comunica de manera diferente y el público que encontraremos también es cambiante. Instagram, Facebook, LinkedIn y Twitter son las principales y en las que la interacción es mayor. Aun así, hay que tener en cuenta que no todas las plataformas digitales sirven para todos los negocios.
– Tercera etapa: Mantener la comunicación con el cliente
La comunicación con el cliente es un aspecto fundamental, que no puede dejarse de lado en ningún momento. Siempre tenemos que tener presente sus opiniones, sus quejas, sus sugerencias… el vínculo tiene que permanecer y así poder aconsejarle en cualquier acción que se disponga a realizar.
Con el paso del tiempo, si la comunicación es constante, podrás conocer mejor al cliente y saber que puede interesarle. Además, podrás ofrecerle contenido personalizado y ejecutar una estrategia de marketing acorde a todas sus necesidades.
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